domingo, 20 de marzo de 2016

Los automotores de la postguerra (XVI): Los Ganz "grandes" (RENFE 590-209/509-214)

En 1935, la Compañía del Norte encargó seis automotores térmicos de bogies a la casa Ganz de Budapest. Fueron recibidos en 1937 y matriculados como WMD 201 a 206. Más tarde, RENFE los englobó en la serie 9200 con los números 9209 a 9214. En la misma serie se encontraban las "littorinas" Fiat 9215 a 9222, junto con los automotores Renault ABJ-2 a los que ya me he referido anteriormente. 


El WMD 202 o 9210 en RENFE, aún con la librea original (Foto: álbum motor RENFE)

Los Ganz "grandes" como se les ha llamado para distinguirlos de los Ganz de "dos ejes", o Ganz pequeños, que la misma Compañía del Norte puso en funcionamiento en 1935, eran unos vehículos de dos bogies, con una potencia de 275 CV y un esfuerzo de tracción de 3000 kg. Tenían 16 plazas en clase preferente y 50 en general.  


Una composición doble de Ganz en la estación de Valencia. Año 1939 (Foto: Del libro Automotores Españoles)

Otra "doble" de automotores Ganz en 1941. Aunque la documentación que acompaña la foto dicen que están en la línea Cuenca-Utiel, parece raro ya que ésta se inauguró en 1947. ¿Estarían en el trayecto Valencia-Utiel más bien? (Foto: del libro Automotores Españoles)
Aunque no se dispone de fotos en color de su primera época, supongo que iban pintados en rojo y crema hasta que RENFE unificó su librea plata y verde. En 1956 tuvieron una gran reparación dándoles unas características interiores parecidas a los de los TAFs y, probablemente, convirtiéndolos a una única segunda clase.


Esta foto de Wyrsch no tiene gran calidad pero si mucho valor testimonial. Está tomada en 1953 en la estación de Vellisca (hoy desaparecida) en la línea de Aranjuez a Cuenca



En Valencia. Año 1957 (Foto: del libro Automotores Españoles)





Un Ganz en la estación de Valencia en 1960 (Foto: Forotrenes/Pacheco)
Los Ganz trabajaban fundamentalmente por Levante y Murcia y creo que, al menos durante bastantes años, algunos tenían su base en Águilas. Cubrían algunos servicios tan míticos como el Granada-Murcia, o Valencia-Barcelona. 


Un Ganz atravesando un viaducto en Elche (Foto: autor desconocido)
Un Ganz en la estación de Murcia (Foto: autor desconocido/Museo Vasco del Ferrocarril)
Un Ganz junto a un TAF. Aunque de menor empaque, no desmerece nada (Foto: Xavier Santamaría/Museo Vasco del Ferrocarril)

Hacían también servicios entre Valencia y Cuenca y, probablemente, entre Cuenca y Tarancón. También durante algún año se ocuparon de un servicio Cuenca-Toledo y supongo que sería una extensión del servicio Valencia-Cuenca. Incluso tengo también la sensación de que alguna vez sustituyeron a los automotores "Zaragoza" en el servicio Villacañas-Santa Cruz de la Zarza, pero no podría asegurarlo. Eso significaría quizás que alguno de ellos estuviera adscrito algún tiempo al depósito de Alcázar de San Juan.


Tuve la suerte de viajar en los Ganz. Mi primer contacto con ellos fue a mediados de los 60 cuando durante un tiempo estuvieron cubriendo -como antes comentaba- el servicio directo Cuenca-Toledo, que yo utilizaba con alguna frecuencia. Creo que el automotor salía de Cuenca sobre las siete de la tarde, hacía en Santa Cruz de la Zarza el cruce con el semidirecto Madrid-Cuenca y llegaba a Toledo poco antes de las once de la noche. En sentido contrario arrancaba de Toledo sobre las seis de la mañana para llegar a Cuenca a eso de las diez.  

Me llamó la atención su línea sencilla y elegante, algo alejada de los perfiles "aerodinámicos" (en el fondo simplemente el frontal inclinado) de las "littorinas" Fiat que, en aquella época, cubrían el servicio Madrid-Valencia por Cuenca o de los Renault ABJ, que alguna vez también lo hacían. A estas alturas de su vida, ya con 30 años, los Ganz andaban un poco achacosos. Recuerdo algunas incidencias tales como las dificultades surgidas una noche entre Aranjuez y Toledo para embragar las velocidades (tenían transmisión mecánica).  Y también, no sé si esa misma noche u otra, cuando por alguna avería, en las aceleraciones nos entraba humo del escape por los conductos de la calefacción. Y ¿por qué no? también mi maravillosa sensación de salir una madrugada de Toledo en uno de ellos y encontrarme como único viajero hasta Aranjuez con todo el Ganz para mí.

Años después, a finales de los 70, me volví a encontrar con un miembro de la familia, el 9212, en la estación de Príncipe Pío, junto con otro material destinado al entonces futuro Museo del Ferrocarril. Al menos aparentemente, se encontraba en buen estado como demuestran las fotos que aquí acompaño. Me alegré de que, al menos uno de ellos, fuera preservado. 

Ganz 9212 en Príncipe Pío. Finales de los 70 (Foto: Ángel Rivera)

Frontal del 9212. Príncipe Pío, Madrid. Finales de los 70 (Foto: Ángel Rivera)
En 1978 Pere Baliarda también fotografió al 9212 en el exterior de la estación de Príncipe Pío (Postal de Ediciones Ferroviarias)
Algún año después estaba ya en Delicias, en un aceptable estado de conservación: 


El 9212 en la nave interior del Museo de Delicias (Foto: autor desconocido)
Pero mi alegría fue decayendo. En unas jornadas de puertas abiertas, quizás a finales de los 90, aunque no lo recuerdo bien, pude ver al 9212 en el cobertizo exterior del Museo esperando su restauración junto con otras piezas; todavía su estado era todavía aceptable. Sin embargo, en sucesivas visitas al exterior de ese cobertizo, he ido siendo testigo de su degradación progresiva: pintadas, roturas de cristales y hasta signos de un posible incendio en su interior, me hacen pensar que su recuperación puede ser ya labor imposible. 

El Ganz 9212 apartado en el cobertizo exterior del Museo del Ferrocarril. La degradación es impresionante y tristísima. La foto es del año 2012. Compárese con la de su llegada al Museo (Foto: Ángel Rivera)

Pasan los años y el pobre Ganz ya se cae a trozos. La "Bonita" y el Renault ABJ han tenido más suerte y se han ido a Mora la Nova para ser recuperados poco a poco. Pero nuestro automotor, junto con otras cinco o seis piezas valiosísimas, siguen ahí a merced de todo tipo de inclemencias. Y una vez más me pregunto: si no hay dinero para reparar estas piezas...¿no lo puede haber al menos para habilitar una nave para su conservación adecuada hasta que, al menos, se les pueda poner en disposición de aparecer en exposición estática?, ¿O es que no hay futuro para ellas? De un modo u otro no pueden seguir en ese proceso de destrucción lenta y continuada. Por pura ética y estética, algo se debe hacer.


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Aranguren, J: Automotores Españoles. Autoedición. 1990.

Calvera, J: Automotores diesel ancho ibérico español. Revistas Profesionales, 2009